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Reuniones Devocionales

Abdu’l-Bahá nos dice que la oración es la conversación con dios. Conversar es hablar con alguien entonces cuando estamos orando estamos hablando con dios.

Si una persona ama verdaderamente a otra su deseo más ferviente es estar en su presencia y conversar con ella. Nuestra oración debe ser una conversación amorosa con nuestro Creador, el único Dios. Durante la oración nosotros, que somos seres débiles, podemos rogar y suplicar a Dios, y pedir su ayuda.

“Nada hay más dulce en el mundo de la existencia que la oración. El hombre debe vivir en un estado de oración. La condición más bendita es la condición de oración y de súplica. ”

Abdu’l-Bahá nos dice que la oración es la conversación con dios. Conversar es hablar con alguien entonces cuando estamos orando estamos hablando con dios.

Si una persona ama verdaderamente a otra su deseo más ferviente es estar en su presencia y conversar con ella. Nuestra oración debe ser una conversación amorosa con nuestro Creador, el único Dios. Durante la oración nosotros, que somos seres débiles, podemos rogar y suplicar a Dios, y pedir su ayuda.

“Nada hay más dulce en el mundo de la existencia que la oración. El hombre debe vivir en un estado de oración. La condición más bendita es la condición de oración y de súplica. ”

Dios conoce los deseos de todos los corazones, pero el impulso de orar es natural en el hombre y emana de su amor por Dios.

El camino hacia Dios es angosto y recto. Para entrar en este sendero tenemos que vencer incontables obstáculos. Por medio de la súplica ardiente, sincera y constante, sobrepasamos estos obstáculos y encontramos este recto sendero.  Una vez encaminados, la oración nos ayuda a avanzar hacia Dios sin desviarnos y perder de vista nuestro destino especial. Por eso debemos de orar constantemente por amor a Dios de modo que nuestra alma crezca, se desarrolle y se fortalezca, para que caminemos el sendero de la felicidad eterna con firmeza.

Sabemos que Dios nos creó. Él es el sapientísimo l que todo lo sabe .sabe los que queremos y lo que necesitamos. ¿Por qué, entonces, debemos orar? Dios no necesita nuestras oraciones, sin embargo, el progreso de nuestra alma si depende de la oración, ya que la oración es el alimento del alma. Cuando oramos estamos tomando el alimento espiritual. Los lazos de amor nos conectan con los mundos divinos y así recibimos las bendiciones de Dios. La oración aumenta nuestra capacidad de disfrutar de los dones espirituales y de participar de la verdadera felicidad.

“En la más elevada oración, el hombre ora por amor a Dios, no por el temor a Él o al infierno o porque espere favores del cielo… Cuando un hombre se enamora de un ser humano, le es imposible no mencionar el nombre del ser amado. Es mucho más difícil dejar de mencionar el nombre de Dios cuando uno ha llegado a amarlo. El hombre espiritual no encuentra gozo en otra cosa que no sea la conmemoración de Dios. ”

 

 

Círculos de Estudio

«El mérito del hombre reside en el servicio y la virtud.» – Bahá’u’lláh

 

 

Reuniones devocionales

«En el jardín de tu corazón no plantes sino la rosa del amor.» – Bahá’u’lláh

 

 

Clases para prejóvenes

«Que cada amanecer sea mejor que su víspera y cada mañana más rica que su ayer.» – Bahá’u’lláh

 

 

Clases para niños

«Deben educar a sus hijos con vida y corazón y enseñarles en la escuela de las virtudes y las perfecciones.» – Bahá’u’lláh